Porsche impulsa los combustibles limpios mientras se acelera la transición hacia la electromovilidad

La movilidad eléctrica avanza en todo el mundo, pero no se está produciendo al ritmo acelerado que se requiere para reducir las emisiones de carbono y generar modelos de negocio rentables para los fabricantes.

Ante este panorama, Porsche propone la implementación de combustibles limpios, mientras se efectúa la transición energética en la industria automotriz.

El fabricante alemán reveló durante los encuentros de Latam Mobility en 2022 que el etanol podría representar un elemento clave para lograr un transporte más sostenible.

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Adelantos tecnológicos

Porsche ha demostrado que es posible crear a escala industrial un combustible limpio con una fuente de energía renovable y, como materias primas, agua y aire. Con el procedimiento adecuado, para producir gasolina sintética se extrae CO₂ de la atmósfera, por lo que la combustión no influye sobre el efecto invernadero.

Apartando la industria automotriz, la marca considera que será difícil reemplazar la combustión en sectores como la aviación o en usos específicos, desde grupos electrógenos de respaldo en hospitales hasta bombas en camiones de bomberos.

Por esa razón, Porsche está llevando a cabo iniciativas para el desarrollo de la producción de combustibles sintéticos o eFuels. A principios de 2022, la compañía invirtió 75 millones de dólares en HIF Global LLC, un grupo de empresas que desarrollan proyectos internacionales para instalar plantas de producción de combustibles sintéticos.

Entre esos planes está la factoría piloto Haru Oni, en Punta Arenas, Chile, iniciada por Porsche e implementada con Siemens Energy y ExxonMobil, entre otros socios.

Aire y agua

Uno de los dos elementos principales en el proceso que realiza la planta Haru Oni es el aire. Para empezar, aprovecha las excepcionales características de su ubicación como fuente de energía eólica.

El otro elemento esencial es el agua. Con la electricidad que genera la turbina se obtiene hidrógeno verde a través de la electrólisis mediante una membrana de intercambio de protones (Proton Exchange Membrane, PEM) que separa las moléculas de hidrógeno y oxígeno que contiene.

Es un método inverso al de una pila de combustible, donde la combinación de hidrógeno y oxígeno produce electricidad y agua. La PEM es permeable a protones (H+), pero hermética a los gases y electrones.

Porsche explica en un reporte que en el siguiente paso vuelve a intervenir el aire: hay que extraer de él el CO2. Unos equipos de captura directa de aire de Global Thermostats tienen monolitos cerámicos que, mediante absorbentes químicos, actúan como esponjas de dióxido de carbono.

Posteriormente el CO₂ capturado es recolectado utilizando vapor a baja temperatura (85-100 ° C). El resultado es CO₂ puro en 98%.

El combustible sintético producido de esta manera puede ser utilizado directamente en un motor de combustión o combinarlo con el de origen fósil. Esto último facilitaría su difusión y sería un paso intermedio. En cualquier caso, no sería preciso realizar grandes inversiones para crear una infraestructura de abastecimiento con la ya existente.

Un futuro limpio

Aproximadamente 70% de todos los Porsche fabricados en toda la historia todavía están circulando y lo seguirán haciendo de la forma más limpia con este tipo de combustibles, impulsando la movilidad eléctrica.

Oliver Blume, presidente del Consejo Directivo de Porsche AG, considera que los eFuels son un complemento a los vehículos eléctricos en la movilidad del futuro. Por tanto, señala que es un error prohibir tecnologías como los motores de combustión, si pueden funcionar con carburante que no expulse CO2 a la atmósfera.