El “Latam Mobility & Net Zero Colombia 2024” en Medellín, reúne a las más importantes empresas y líderes vinculados a la energía, el transporte, los combustibles y la movilidad, para mostrar los avances y las perspectivas de la industria en el país y la región.
En ese sentido, uno de los temas a debatir fue la «Perspectiva para la movilidad sostenible en Colombia», a cargo de Álvaro Villasante , vicepresidente de gestión de negocios e innovación del Grupo Energía Bogotá, quien dirigió la conversación de principio a fin.
Junto a él, estuvo Sandra Sandoval, asesora de la gobernación del Departamento del Meta, Jaime Andrés Beltrán, alcalde de Bucaramanga, Paula Palacio, directora del Área Metropolitana del Valle de Aburrá y Mateo González, secretario distrital de movilidad en Medellín.
Desafíos y realidades en la gobernanza territorial
Jaime Andrés Beltrán, alcalde de Bucaramanga, expuso las complejidades y desafíos que enfrentan los mandatarios locales en Colombia. Aunque el discurso global se centra en grandes aspiraciones, las realidades en los territorios son mucho más modestas y complicadas.
Los alcaldes deben equilibrar entre lo que desean lograr y los limitados recursos disponibles. Este dilema se traduce en la necesidad de asistir a eventos y foros donde puedan obtener estrategias y mecanismos para abordar la movilidad, desarrollo urbano y medio ambiente.
Beltrán enfatizó la crisis de transporte masivo en Bucaramanga como un ejemplo claro de los problemas urbanos que requieren atención urgente. Enfatizó que el colapso de estos sistemas ha incrementado el uso de motos y autos, exacerbando el caos en las calles.
La ciudad ha visto un aumento dramático en el número de motos, de 120.000 a 900.000, evidenciando la ineficiencia del transporte público. La financiación es otro de los grandes retos señalados por Beltrán. Comparó la creación de planes de desarrollo con el acto de hacer mercado, donde los deseos superan a menudo la capacidad de pago.
Los fondos limitados obligan a los alcaldes a priorizar ciertos proyectos sobre otros, relegando muchas veces los temas ambientales a un segundo plano. La gobernanza en estos contextos se vuelve un acto de equilibrismo, donde las demandas inmediatas como la seguridad y el bienestar social toman preponderancia. La descentralización de problemas sin una correspondiente descentralización de recursos agrava esta situación, impidiendo que los municipios inviertan adecuadamente en sus propias necesidades.
Beltrán propone que la solución radica en la colaboración entre el gobierno nacional y los locales. La visión de un sistema de transporte masivo y multimodal para Bucaramanga incluye la implementación de teleféricos, la conversión de buses a sistemas más sostenibles y la integración de bicicletas y peatones.
Sin embargo, para que estas ideas se materialicen, es crucial contar con el apoyo financiero y estratégico del gobierno nacional. A pesar de los diseños y planes existentes, la ejecución requiere recursos significativos y decisiones políticas concertadas que trasciendan la capacidad de los municipios individuales.
Papel del Área Metropolitana del Valle de Aburrá en la transformación urbana
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá, bajo la dirección de Paula Palacio, ha sido un ejemplo notable de colaboración intermunicipal y planificación estratégica en Colombia. Esta entidad, que asocia a 10 ciudades, con Medellín como ciudad núcleo, se formó hace 10 años con el propósito principal de enfrentar los desafíos de la conurbación en la región.
Basada en valores fundamentales como la confianza y la solidaridad, esta asociación ha permitido a Medellín, a pesar de ser la receptora de diversas problemáticas urbanas, aprovechar sus amplias posibilidades para cerrar brechas y mejorar la calidad de vida en los municipios que conforman el Valle de Aburrá.
Este valle estrecho y densamente poblado ha obligado a las autoridades a replantear las políticas de urbanismo y ordenamiento territorial. El Área Metropolitana ha coordinado estas políticas como autoridad de transporte y ambiental, permitiendo el desarrollo de planes integrales que buscan mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a través de una visión de largo plazo.
En términos de movilidad sostenible, la región ha adoptado una serie de medidas tanto físicas como normativas, Ejemplo de ello es el sistema de bicicletas públicas, que tiene como objetivo que para el 2030, el 10% de los viajes en el Valle de Aburrá se realicen en bicicleta.
Este ambicioso proyecto enfrenta retos importantes en términos de financiación, pero refleja el compromiso del Área Metropolitana con la sostenibilidad ambiental, económica y social. La entidad busca constantemente nuevas modalidades de financiación y maneras de fortalecer el sistema de transporte sostenible.
Además de la movilidad en bicicleta, otro proyecto clave es el Tren del Río, que busca conectar el Valle de Aburrá con la región antioqueña y el resto del país. En colaboración con la Promotora Ferrocarril de Antioquia, la gobernación, el Metro de Medellín y el distrito de Medellín, representa una apuesta importante por mejorar las dinámicas sociales y la calidad del aire en la región.
La movilidad en Medellín
Mateo González, secretario distrital de movilidad en Medellín, dio la bienvenida al Latam Mobility a la ciudad, la cual ha adoptado la movilidad eléctrica como una de sus banderas principales, una visión respaldada por el alcalde y la directora del Área Metropolitana.
La geografía de Medellín, un valle rodeado de montañas, hace que la descarbonización de la movilidad sea una prioridad. Durante las temporadas secas, la calidad del aire se ve significativamente afectada por la contaminación, principalmente de fuentes móviles, lo que subraya la necesidad de reducir las emisiones para mejorar tanto el medio ambiente como la salud pública.
La contaminación del aire en Medellín no solo es una preocupación ambiental, sino también un grave problema de salud pública. Las emisiones de vehículos son la principal causa de enfermedades respiratorias y una disminución en la calidad de vida de los habitantes. En respuesta, el plan de desarrollo «Medellín te quiere 2024-2027» incluye estrategias específicas para impulsar la movilidad eléctrica y sostenible. Este esfuerzo se realiza en colaboración con el sector privado y el Área Metropolitana, identificando brechas y oportunidades para hacer de la movilidad eléctrica una realidad tangible en la ciudad.
Para fomentar la adopción de vehículos eléctricos, se ha implementado la exención de los vehículos eléctricos del pico y placa y la reducción de los costos de matrícula en comparación con los vehículos a gasolina.
Además, el plan de desarrollo establece un fondo especial para el transporte, con diversas fuentes de financiación, que busca mejorar las tecnologías en el transporte público. El objetivo es no solo modernizar la movilidad privada, sino también garantizar que el transporte público se actualice con tecnologías limpias, idealmente eléctricas.
Uno de los retos actuales es la creciente preferencia de los ciudadanos por las motocicletas, que aunque percibidas como menos contaminantes, generan una significativa cantidad de emisiones cuando se utilizan en grandes cantidades. Para contrarrestar esta tendencia, se planea mejorar y modernizar el transporte público, incentivando el uso de tecnologías limpias.
La administración local está comprometida con esta transformación, destinando fondos y esfuerzos para que el transporte público sea una opción más atractiva y sostenible para los ciudadanos.
Finalmente, el plan de modernización incluye la compra de 13 nuevos trenes para fortalecer la línea del metro, aumentando la frecuencia de los trenes y mejorando el servicio para los usuarios. Además, se proyecta la modernización de los buses de Metroplus, actualmente operando con gas natural vehicular, con el objetivo de que funcionen con electricidad para el año 2026.
Hacia una movilidad sostenible en el Meta
La gobernadora Rafaela Cortés no pudo asistir al evento, y ante ello, Sandra Sandoval, asesora de la gobernación, expuso la perspectiva desde un territorio que a menudo queda fuera de las conversaciones predominantes sobre urbanización y transporte.
Desde el inicio, subrayó que la discusión frecuentemente se centra en las grandes ciudades, olvidando las particularidades y necesidades de regiones menos urbanizadas como el Meta. Este departamento, parte integral de la Orinoquía, cubre un tercio del territorio continental de Colombia y alberga una vasta diversidad de ecosistemas y una población mayormente rural.
El Meta, con solo 4 millones de habitantes distribuidos en una extensa área, enfrenta desafíos únicos en términos de movilidad. Villavicencio, su ciudad más poblada con 500,000 habitantes, carece de un sistema de transporte público masivo eficiente.
La representante destacó la necesidad urgente de implementar un transporte sostenible, aprendiendo de modelos exitosos como TransMilenio en Bogotá. La infraestructura de movilidad debe ser un factor determinante en el ordenamiento territorial, para evitar los costos elevados de proporcionar servicios a asentamientos no planificados y fomentar un desarrollo más inclusivo y organizado.
Con 29 municipios dispersos, la inversión en infraestructura vial es crucial. Gracias a las regalías del petróleo, el Meta ha priorizado este sector en su plan de desarrollo. Además, se exploran alternativas sostenibles como la energía fotovoltaica para promover el ecoturismo y la movilidad eléctrica.
El potencial del Meta también se extiende a la navegabilidad del río Meta, una iniciativa que busca revitalizar las rutas fluviales históricas para facilitar el transporte de mercancías y personas. Esta medida podría ser esencial para aprovechar las vastas tierras agrícolas de la región y conectarlas eficientemente con el resto del país.
Además, la propuesta de un Aeropuerto Internacional en Villavicencio es un paso estratégico para integrar mejor la Orinoquía con el mercado global, proporcionando una infraestructura de movilidad aérea crucial para una región que cubre la mitad del territorio colombiano. Finalmente, la representante destacó la exploración de la conectividad férrea, particularmente entre Puerto Gaitán y Villavicencio, iniciativa basada en estudios previos que podría transformar el transporte de carga y personas en la región, conectando al Meta con el Vichada y facilitando un flujo eficiente de recursos.