Los neumáticos se producen, por lo general, con negro de carbono obtenido de la quema de combustibles fósiles. Los beneficios que ofrece al mercado automotriz son destacables, pero en términos medioambientales golpea considerablemente tras la generación de emisiones de CO2.
El negro de carbono es altamente resistente, duradero y puede ofrecer hasta 6.000 millas de vida útil. Sin embargo, con una proyección de fabricación que mira hacia la sostenibilidad se deben buscar otras opciones.
Reencauchar un neumático trae consigo una cantidad de beneficios que disminuyen de forma considerable el impacto ambiental, además de representar un costo más económico en comparación con una llanta nueva.
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Más detalles sobre el reencauche
Para fabricarlos se procede a eliminar el dibujo del neumático y dejarlo plano para incorporar una banda de rodadura sobre la nueva silueta.
Este sistema empleado existe desde 1957, ha puesto de nuevo en las calles a más de 300 millones de neumáticos, evitando que esa cantidad se fabrique de nuevo o termine en vertederos.
Por medio de este proceso, solamente es necesario utilizar un tercio de los materiales que se usan generalmente en una llanta nueva, apegándose a los estándares de economía circular y sostenibilidad que se buscan afianzar actualmente.
De hecho, diversos estudios afirman que reencauchar neumáticos genera 24% menos de emisiones de dióxido de carbono, reduce el consumo de agua en 19%, y la contaminación de la atmósfera en 21%.
Finalmente, en términos de utilidad, estos neumáticos aumentan su vida útil en 500%, e incrementan la eficiencia del uso de combustible.