Durante 2025, la movilidad eléctrica en América Latina dejó de ser una promesa tecnológica para convertirse en una política pública, una estrategia empresarial y una realidad de mercado.
Los cuatro países de la Gira 2025 de Latam Mobility concentraron los avances más relevantes, Brasil, Chile, Colombia y México, combinando expansión de infraestructura, electrificación del transporte público, crecimiento de ventas de vehículos eléctricos y la consolidación de grandes empresas globales y regionales como actores clave de la transición.
El protagonismo empresarial fue determinante: fabricantes, utilities, proveedores de carga y plataformas de movilidad escalaron operaciones, invirtieron capital y transformaron cadenas de valor completas.
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Brasil: escala y consolidación
Brasil reafirmó en 2025 su posición como el mayor mercado de electromovilidad de América Latina, tanto por volumen como por ambición industrial. El país combinó expansión acelerada de infraestructura de carga, crecimiento sostenido en ventas de vehículos electrificados y un giro estratégico hacia la producción local.
El hito empresarial más relevante del año fue, sin duda, la consolidación de BYD como actor dominante. En 2025, la automotriz china se posicionó como líder absoluto en ventas de vehículos eléctricos e híbridos enchufables en el mercado brasileño, superando a marcas tradicionales y acelerando la adopción gracias a una agresiva estrategia de precios y disponibilidad.
El arribo masivo de miles de vehículos eléctricos al puerto de Itajaí simbolizó el cambio de escala del mercado brasileño y marcó un punto de quiebre en la oferta regional.
Más allá del volumen comercial, BYD avanzó en su estrategia industrial con la reconversión del complejo automotriz de Camaçari, en Bahía, para producción local de vehículos eléctricos, baterías y chasis.
Este movimiento posiciona a Brasil no solo como mercado de consumo, sino como plataforma manufacturera para Sudamérica, con impacto directo en empleo, transferencia tecnológica y cadenas de suministro de bajas emisiones.
En paralelo, empresas como Enel X y Huawei Digital Power expandieron redes de carga pública y soluciones de gestión energética para flotas, mientras que proveedores locales como Voltbras y operadores privados aceleraron la instalación de cargadores rápidos en corredores urbanos y logísticos.
En transporte público, Yutong mantuvo su liderazgo en buses eléctricos, con nuevas entregas en ciudades como São Paulo y Curitiba, reforzando la electrificación del transporte masivo.
El resultado fue un ecosistema en el que política industrial, capital extranjero y empresas energéticas convergieron para convertir a Brasil en el ancla regional de la movilidad eléctrica.

Chile: madurez del ecosistema
Chile consolidó este año su estatus como el país con la estrategia de electromovilidad más madura de América Latina, especialmente en transporte público.
Santiago cerró el año con una de las mayores flotas de buses eléctricos fuera de China, un logro que no solo responde a política pública, sino a la articulación efectiva con empresas tecnológicas y operadoras.
El protagonismo empresarial recayó nuevamente en Yutong, cuyos buses eléctricos dominaron las licitaciones del sistema RED, y en Enel X, responsable de una parte sustancial de la infraestructura de carga para transporte público y flotas privadas.
La coordinación entre el Estado, operadores y proveedores tecnológicos permitió escalar soluciones sin retrocesos operativos, algo poco común en la región.
En el mercado de vehículos livianos, 2025 fue el año en que Chile normalizó el vehículo eléctrico como opción de consumo, con una oferta amplia que incluyó modelos de BYD, Tesla, Chevrolet y marcas europeas.
BYD se mantuvo como líder en ventas, mientras que Tesla consolidó su presencia indirecta, con el Model 3 y Model Y entre los eléctricos más visibles del mercado chileno.
Empresas como Geotab reforzaron su rol en la gestión inteligente de flotas eléctricas, permitiendo a empresas y municipios medir consumo energético, reducción de emisiones y costos operativos.
Al mismo tiempo, proveedores de carga residencial y corporativa como Enerlink ampliaron soluciones para hogares, edificios y empresas, cerrando brechas clave para la adopción masiva.
Chile cerró 2025 no solo con cifras récord, sino con un ecosistema empresarial capaz de sostener el crecimiento sin depender exclusivamente de subsidios.

Colombia: explosión del mercado
Colombia fue, en términos relativos, el mercado de mayor crecimiento en movilidad eléctrica en América Latina durante 2025
Las ventas de vehículos eléctricos y electrificados crecieron a tasas extraordinarias, impulsadas por incentivos fiscales, mayor oferta y una clara señal regulatoria a favor de la descarbonización del transporte.
El hito empresarial más simbólico del año fue la llegada oficial de Tesla a Colombia. En 2025, la compañía estadounidense activó ventas directas de sus modelos Model 3 y Model Y, inició pruebas de conducción en las principales ciudades y confirmó el despliegue inicial de su red de Superchargers, comenzando por Medellín, lo que elevó el estándar del mercado, presionó precios y aceleró la competencia tecnológica.
Sin embargo, el liderazgo comercial siguió en manos de BYD, que mantuvo la primera posición en ventas de vehículos eléctricos gracias a su portafolio accesible y su presencia temprana en el país, y también avanzó en la electrificación de flotas corporativas y de transporte público, consolidando su rol como proveedor integral.
En infraestructura, empresas energéticas y concesionarios viales avanzaron en la instalación de cargadores rápidos en corredores estratégicos, mientras que Enel X y nuevos actores locales ampliaron soluciones para flotas privadas.
Uber para Empresas intensificó programas de electrificación de movilidad corporativa, integrando vehículos eléctricos en servicios empresariales y de última milla.
Colombia cerró 2025 con un mercado dinámico, altamente competitivo y con señales claras de que la electromovilidad dejó de ser un nicho para convertirse en tendencia dominante.

México: potencia y expansión
México reafirmó en 2025 su papel como el gran motor industrial de la electromovilidad latinoamericana. El país alcanzó cifras récord de producción de vehículos eléctricos, orientadas principalmente a exportación, consolidando su rol estratégico en las cadenas de suministro de Norteamérica.
Empresas automotrices globales intensificaron la producción de modelos eléctricos en plantas mexicanas, mientras que Chevrolet avanzó en la introducción de modelos eléctricos adaptados al mercado regional, apoyándose en plataformas desarrolladas junto a socios asiáticos.
Este movimiento refleja la transición de marcas tradicionales hacia esquemas de electrificación competitivos en precio.
En infraestructura, empresas como VEMO, Enel X y proveedores tecnológicos internacionales ampliaron redes de carga rápida en zonas industriales y urbanas clave.
Huawei Digital Power y Autel reforzaron su presencia como proveedores de soluciones de carga de alta potencia y gestión inteligente, especialmente para flotas y hubs logísticos.
La electrificación del transporte empresarial y de flotas fue uno de los segmentos de mayor dinamismo. Geotab fortaleció su posición como proveedor de telemetría y análisis para flotas eléctricas, mientras que plataformas de movilidad y logística avanzaron en la sustitución de vehículos de combustión en operaciones urbanas.
Además, el país azteca se consolidó como el principal productor de vehículos eléctricos de América Latina, con una producción anual que superó ampliamente las 200.000 unidades de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, impulsada por plantas orientadas a exportación de fabricantes globales y por la integración del país a la cadena de suministro de Norteamérica.
La mayor parte de esta producción se destinó a Estados Unidos y Canadá, reforzando el rol de México como hub estratégico para la electrificación automotriz del continente.
Por ello, México tuvo un 2025 con una paradoja clara: liderazgo absoluto en producción y tecnología, pero con un mercado interno que todavía tiene espacio para crecer, especialmente fuera de los grandes centros urbanos.

Hay más en América Latina
Más allá de Brasil, Chile, Colombia y México, 2025 confirmó que la movilidad eléctrica dejó de ser un fenómeno concentrado en pocos países y comenzó a expandirse de forma más homogénea en América Latina, especialmente en términos relativos y per cápita.
De acuerdo con datos regionales de la Organización Latinoamericana de Energía, el parque de vehículos eléctricos ligeros en América Latina y el Caribe superó las 440.000 unidades al cierre de 2024, casi triplicando el volumen del año anterior, una base que permitió acelerar ventas y adopción durante 2025. Este crecimiento se reflejó con especial fuerza en mercados pequeños, pero altamente dinámicos.
Costa Rica se consolidó como el país con mayor penetración de vehículos eléctricos por habitante en la región, superando las 30 unidades por cada 10.000 personas, mientras que Uruguay lideró en Sudamérica en adopción relativa, con niveles muy por encima de economías más grandes como Brasil o Argentina.
Estos casos demostraron que el tamaño del mercado no es un factor limitante cuando existen incentivos fiscales claros, estabilidad regulatoria y acceso a infraestructura básica.
En paralelo, la electrificación del transporte público siguió expandiéndose fuera de las grandes capitales. Para 2025, América Latina superó las 6.000 unidades de buses eléctricos en operación, con nuevas incorporaciones en ciudades medianas y proyectos piloto en países que hasta hace pocos años no figuraban en el mapa de la electromovilidad.
Fabricantes como BYD y Yutong reforzaron su posición como proveedores predominantes, consolidando una tendencia regional hacia la descarbonización del transporte urbano.
La infraestructura de recarga también mostró señales de diversificación. Aunque Brasil, México, Chile y Colombia concentran la mayoría de los puntos públicos, países como Argentina, Ecuador, Panamá, República Dominicana y Paraguay comenzaron a desplegar redes incipientes de carga urbana y corporativa, sentando las bases para mercados más activos en los próximos años.
En conjunto, 2025 dejó claro que el resto de América Latina ya no es un espectador pasivo: los mercados emergentes están creciendo más rápido en términos porcentuales y empiezan a atraer atención de fabricantes, utilities y proveedores tecnológicos.

Perspectivas para 2026
De cara a 2026, la movilidad eléctrica en América Latina entra en una fase de consolidación estructural, donde el crecimiento ya no dependerá exclusivamente de subsidios o proyectos piloto, sino de estrategias empresariales, financiamiento y madurez operativa.
Las proyecciones regionales apuntan a que la flota de vehículos eléctricos podría continuar creciendo a tasas de 30% a 40 % anual en varios mercados, con la vista puesta en un escenario de millones de EVs circulando hacia el final de la década. El foco estará en tres ejes clave:
El primero será la infraestructura de carga, con un despliegue más agresivo de estaciones rápidas y ultrarrápidas en corredores urbanos, logísticos e interurbanos, acompañado de soluciones de gestión inteligente de energía. Aquí, empresas como Enel X, Huawei Digital Power, Autel y proveedores regionales jugarán un rol decisivo.
El segundo eje será la competencia empresarial y la reducción de costos. La presencia creciente de fabricantes como BYD, Tesla, Yutong y marcas tradicionales en proceso de electrificación intensificará la presión sobre precios y ampliará la oferta de modelos accesibles, especialmente para flotas corporativas, transporte público y logística urbana.
El tercer eje será la integración industrial y urbana. Países con capacidad productiva, como Brasil y México, buscarán profundizar la producción local de vehículos y componentes, mientras que más ciudades medianas adoptarán buses eléctricos y soluciones de movilidad de bajas emisiones, apoyadas por financiamiento climático y bancos de desarrollo.
El gran desafío para 2026 será convertir el impulso de mercado en impactos reales y medibles en reducción de emisiones, calidad del aire y eficiencia del transporte, evitando que la transición quede limitada a grandes capitales o segmentos de alto poder adquisitivo.
Con los avances de 2025, América Latina ya no discute si la movilidad eléctrica es viable, sino a qué velocidad y con qué actores se consolidará. Brasil, Chile, Colombia y México marcaron el ritmo, pero los mercados emergentes están creciendo con rapidez y alterando el mapa regional.
Si gobiernos y empresas logran sostener marcos regulatorios estables, financiamiento y expansión de infraestructura, 2026 puede ser el año en que la electromovilidad pase definitivamente de tendencia a sistema dominante en el transporte urbano y corporativo de la región.

Latam Mobility 2026, impulsando la transformación
Latam Mobility inicia en 2026 una nueva gira de encuentros que reunirá a líderes del sector público y privado, empresas tecnológicas, fabricantes, operadores de transporte y expertos en sostenibilidad.
Desde México hasta Santiago de Chile, pasando por São Paulo y Medellín, estos summits serán el punto de encuentro más importante de la región para debatir, aprender y construir soluciones en torno a la movilidad eléctrica, las bajas emisiones y la innovación urbana.
Cada evento ofrecerá un espacio único para analizar los avances en infraestructura de carga, gestión de flotas eléctricas, logística de última milla y desarrollo de smart cities, con el respaldo de un ecosistema cada vez más robusto de partners estratégicos y aliados internacionales.
La gira 2026 promete no solo contenido de alto nivel, sino también una plataforma ideal para impulsar alianzas de negocio, intercambio de experiencias y colaboración multisectorial.
Con un enfoque que combina tecnología, sostenibilidad y visión de futuro, Latam Mobility 2026 invita a todos los actores de la cadena de valor a participar en este recorrido que marcará la agenda regional de la movilidad limpia. Únete a los encuentros en México, São Paulo, Medellín, Santiago y Ciudad de México y sé parte del movimiento que acelera la transformación energética y urbana de América Latina.
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