América Latina está experimentando un auge importante en materia de movilidad sostenible, con un incremento en la comercialización y adopción de vehículos eléctricos en las principales ciudades de la región.
Si bien es cierto que Chile y Colombia lideran en materia de unidades electrificadas y proyectos cero emisiones en el transporte público, países como Brasil, Argentina y Perú cortan la brecha y suman avances significativos.
En Sudamérica, Colombia lidera la transición hacia la descarbonización del parque automotor con la venta de 23,803 unidades electrificadas en lo que va de este año.
En Perú, según cifras de la Asociación Automotriz (AAP), entre enero y octubre de este año, se vendieron un total de 2.189 unidades, alcanzando un aumento de 113,77% frente a similar periodo del 2021.
Con este resultado, se observa que los vehículos electrificados más vendidos durante los primeros diez meses de este año fueron los híbridos convencionales con 1.983 unidades, seguido de los eléctricos puros (full eléctricos) con 106 unidades, y de los híbridos enchufables con 100 unidades.
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Datos alentadores
Con respecto al incremento, Alberto Morisaki, gerente de estudios económicos y estadísticas de la AAP, señaló que por primera vez la participación en las ventas de los vehículos puramente eléctricos superó a los híbridos enchufables.
Precisó que este resultado también se refleja en el total, pues ya se ha superado este año las ventas del 2021 (1.455 unidades), y se espera cerrar el año con 2.600 unidades.
También informaron que los híbridos convencionales aún lideran las ventas, pero se han reducido, a diferencia de los híbridos enchufables y los puramente eléctricos que vienen ganando terreno, al pasar de 4% a 4,57% y de 2,64% a 4,84%; en cada caso.
La inversión de empresas privadas y algunos incentivos por parte del sector público han sido clave para llegar a estas cifras significativas. Sin embargo, aún son mayores los retos para afianzar la electromovilidad como, por ejemplo, más disposiciones y reglas de juego claras en la normativa legal.
Además, resulta fundamental el financiamiento para instalar una red de carga robusta que cubra la demanda y genere confianza en los consumidores.