En el contexto de la transición energética y la sostenibilidad, la infraestructura es fundamental para el desarrollo de la movilidad eléctrica en Colombia. En ese sentido, en el Latam Mobility Colombia 2024 se llevó a cabo una discusión enriquecedora acerca del «Desarrollo actual y futuro de la infraestructura de carga en el país».
Allí, expertos del sector compartieron sus conocimientos y experiencias sobre los avances recientes y las perspectivas futuras en este ámbito. Ana Luiza Berti, Head Comercial Brasil e LATAM de Voltbras, Jary Guerra, Director of Sales Latin America NA de Autel, Luis Felipe Vélez, líder comercial de Celsia y Diego Valderrama, Head of B2G de Enel X, integraron la conversación de manera acertada, de la mano de Andrés García Giraldo, director de movilidad de Latam Mobility, quien figuró como moderador.
Experiencia para un mejor futuro
Jary Guerra, representante de Autel, presentó la evolución y el futuro de los cargadores de vehículos eléctricos en la región, resaltando que la empresa se especializa en la producción de cargadores de corriente alterna y corriente directa, con oficinas estratégicas en Brasil y México.
La empresa, que originalmente se dedicaba a los sistemas de diagnóstico para vehículos, ha acumulado una vasta experiencia en colaboración con automotrices a nivel global. En ese sentido, abordó la capacidad de la red de energía para suministrar la cantidad necesaria, particularmente para los cargadores de corriente directa.
Estos cargadores, que inicialmente ofrecían 50 kW, ahora han evolucionado a ofrecer hasta 640 kW, y la empresa se prepara para lanzar un nuevo producto que requerirá aún más energía.
«Es importante modernizar y expandir la capacidad energética para soportar estos avances tecnológicos. La planificación y previsión de la infraestructura energética son esenciales para evitar situaciones donde los cargadores rápidos no puedan funcionar debido a la insuficiencia de la red», dijo Guerra.
También, mencionó la importancia de las alianzas entre empresas, incluso entre competidores, para el beneficio general de la industria y el sector. La colaboración es vital para desarrollar modelos de negocio que aseguren la inversión monetaria y el retorno de inversión necesario para que los inversores continúen apostando por la infraestructura de cargadores.
Así, Autel ha observado un panorama positivo en la región, con un camino claro hacia el desarrollo y la superación de desafíos, destacando que la experiencia acumulada y las estrategias adoptadas por la empresa en otras regiones servirán como un modelo a seguir en Latinoamérica.
Esfuerzos y avances de Enel X
Diego Valderrama, ejecutivo de Enel X, se centró en los esfuerzos y avances de la empresa en la transición energética, descarbonización y digitalización, con un enfoque especial en la movilidad eléctrica.
Enel X, presente en varios países de Latinoamérica (Brasil, Argentina, Chile, Perú y Colombia), ha estado trabajando activamente para integrarse en el ecosistema de la movilidad eléctrica, siendo importante desarrollar plataformas y tecnologías que faciliten la adopción de soluciones eléctricas, colaborando con aliados estratégicos y adaptándose a las necesidades específicas de cada ciudad y segmento.
En ese sentido, Enel X ha sido protagonista en la creación de infraestructura de carga. En Colombia, por ejemplo, ha establecido 19 electrotérmicos, seis de los cuales están en Bogotá. Han trabajado en conjunto con TransMilenio para construir los primeros electroterminales y transformar la flota eléctrica de la ciudad.
Además, Enel X no se limita al sector público, pues ha explorado otros modelos de negocio para ampliar la infraestructura de recarga, logrando instalar más de 50 cargadores rápidos en diversas zonas de Bogotá, cumpliendo con la ley 1964.
Por otro lado, uno de los retos identificados por Valderrama fue el desarrollo continuo de la infraestructura de carga a nivel urbano e intermunicipal, donde la planificación territorial es importante para habilitar espacios y puntos de recarga pública.
«La coordinación con operadores de red y la facilitación de conexiones eléctricas son esenciales para la viabilidad económica y funcional de estos puntos de recarga. La infraestructura debe ser robusta y bien distribuida para satisfacer la demanda creciente de vehículos eléctricos», afirmó.
Ahora, la necesidad de colaboración entre los diversos actores del ecosistema de movilidad eléctrica, es importante, así como también la financiación, dado que se requiere una combinación de políticas públicas y privadas para dinamizar la demanda y fomentar inversiones en infraestructura.
Masificación como concepto
Luis Felipe Vélez, representante de Celsia, comenzó redefiniendo el concepto de «masificación». Hace siete años, este término se asociaba con la colocación masiva de unidades de carga, impulsada por una competencia feroz entre empresas que buscaban instalar la mayor cantidad de cargadores posibles.
En ese entonces, la electromovilidad estaba en sus inicios, con expectativas de transformación global, pero con muchas incógnitas y desafíos tecnológicos y comerciales. La estrategia de aquella época se centraba en la cantidad, con la esperanza de una rentabilidad futura, como lo demostraron algunas startups europeas que ya no existen hoy en día debido a su enfoque puramente cuantitativo.
Actualmente, el panorama ha cambiado significativamente. Hace siete años, los vehículos eléctricos tenían una autonomía limitada de 120 a 160 km, y su costo elevado restringía su adopción a un nicho de consumidores pioneros. Hoy, la tecnología ha avanzado considerablemente, permitiendo que vehículos más asequibles ofrezcan autonomías de hasta 360 km, eliminando la ansiedad por la carga frecuente.
«Esto ha reducido la necesidad de tener una infraestructura de carga tan densa como se pensaba inicialmente. Además, el conocimiento acumulado sobre los hábitos y preferencias de los usuarios de vehículos eléctricos ha permitido desarrollar ecosistemas de carga más eficientes y estratégicamente ubicados», afirmó Vélez.
Por otro lado, a medida que el mercado de la electromovilidad crece, la financiación privada ha ganado relevancia, disminuyendo la dependencia de subsidios y ayudas gubernamentales. Las empresas ahora enfocan sus esfuerzos en ofrecer soluciones de carga que se adapten a las necesidades específicas de sus clientes, optimizando la ubicación y disponibilidad de los cargadores.
Sin embargo, Vélez destaca que aún existen vacíos regulatorios que ralentizan el despliegue de esta infraestructura, especialmente en áreas donde los operadores de red no coinciden con las empresas de carga, lo cual genera trámites burocráticos que deben ser simplificados.
La regulación en Colombia, aunque no ha sido un obstáculo insalvable, requiere ajustes para alinearse mejor con las necesidades emergentes de la infraestructura de carga eléctrica. «Es necesario contemplar una normativa que facilite la expansión de la potencia y la conexión en las redes eléctricas, agilizando así los proyectos de carga», señaló.
¿Más autos o cargadores?
Ana Luiza Berti, ejecutiva de Voltbras, destacó los avances y desafíos en la infraestructura de cargadores eléctricos en América Latina, explicando que la empresa, especializada en tecnología y software de gestión de cargadores, ofrece soluciones White Label en aplicaciones y plataformas.
Ante ello, utilizó el «dilema del huevo y la gallina» en la movilidad eléctrica para expresar su punto: ¿debería haber más autos eléctricos primero o más cargadores? Según Berti, la experiencia en varios países muestra que una infraestructura de carga robusta es vital para que los consumidores se sientan cómodos comprando vehículos eléctricos.
Por ello, Voltbras se enfoca en incentivar el desarrollo de esta infraestructura, siempre dentro de un modelo de negocio sostenible que contemple el crecimiento de la flota de vehículos eléctricos. Así, es importante la masificación de la infraestructura de carga y, una vez alcanzado cierto nivel de despliegue, el siguiente desafío es el roaming y la interoperabilidad entre distintos sistemas de carga.
«Es relevante la rentabilidad de los modelos de negocio en movilidad eléctrica. Encontrar un modelo de negocio rentable en este sector no es evidente, especialmente en América Latina, donde la regulación puede ser ambigua y variar significativamente entre países», comentó.
Por otro lado, la diversidad regulatoria en América Latina presenta un desafío adicional, pues en algunos países, no está permitido cobrar por la energía directamente, sino solo por el tiempo de carga, complicando la creación de un modelo de negocio rentable.
«A pesar de estas dificultades, es fundamental aprender de las experiencias de otros países y adaptarse a las diferentes etapas de desarrollo de cada mercado. Esta adaptabilidad y aprendizaje mutuo son aspectos valorados por Voltbras para avanzar en la región», finalizó.