La administración de Joe Biden, a través del Departamento de Comercio de Estados Unidos, anunció una propuesta de prohibición de la tecnología china de vehículos conectados.
De acuerdo con la agencia de noticias Reuters, la medida está destinada a ser una herramienta potente contra la posible afluencia de vehículos eléctricos chinos de bajo costo, que podrían alterar la industria automotriz global.
La prohibición abarca tanto hardware como software y está diseñada para aplicarse universalmente, afectando a los vehículos de empresas chinas fabricados fuera de China, incluyendo posibles fábricas en México o Europa.
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La propuesta no solo se dirige a vehículos con componentes chinos, sino que también se extiende a las tecnologías de vehículos conectados, lo que podría afectar a coches construidos por empresas chinas en otros países.
Implicaciones
Michael Dunne, un consultor con conocimientos sobre la industria automotriz china, considera esto una «declaración poderosa» de los funcionarios estadounidenses quienes, a pesar de haber impuesto anteriormente aranceles del 100% a los VE chinos y eliminado los subsidios al consumidor para vehículos con piezas fabricadas en China, han decidido que estas medidas podrían no ser suficientes.
BYD, líder chino de VE, tiene planes para una planta de fabricación en México. Aunque BYD afirma que la fábrica atenderá solo al mercado local, los grupos comerciales estadounidenses están preocupados por el impacto potencial en los fabricantes de automóviles estadounidenses, temiendo un «evento de nivel de extinción».
Las restricciones propuestas también pretenden evitar que el software chino o los coches autónomos sean probados o desplegados en Estados Unidos, lo que podría servir como una barrera comercial que proteja a empresas nacionales como Tesla, que se está centrando cada vez más en la tecnología autónoma.
Los analistas han expresado preocupaciones sobre posibles represalias en la política comercial china, que podrían afectar las extensas operaciones de Tesla en China. Sin embargo, Tesla no ha comentado sobre estos desarrollos.
La administración Biden enmarca la amenaza que representan los vehículos y la tecnología china como un problema tanto de seguridad nacional como económico.