Un nuevo hub de movilidad eléctrica en Latinoamérica ha comenzado a tomar forma desde Costa Rica, con el objetivo de conectar datos, estudios, actores y contenidos sobre el avance de la electromovilidad en la región.
La iniciativa surge en un momento clave, marcado por desafíos regulatorios y tecnológicos, así como por una posible reducción de la oferta de vehículos eléctricos provenientes de China.
El proyecto está liderado por Silvia Rojas, directora ejecutiva de la Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica (ASOMOVE) y expresidenta de la Asociación Latinoamericana de Movilidad Sostenible (ALAMOS), quien busca articular el ecosistema regional a través de una plataforma colaborativa de información y comunicación.
El centro tiene como propósito generar contenidos útiles para organizaciones de toda América Latina y el Caribe, que puedan compartir sus propias experiencias y aprovechar los recursos generados desde este espacio, explicó en conversación con Forbes.
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Barreras estructurales en la movilidad eléctrica en Latinoamérica
Pese a ciertos avances, Rojas advierte que la región aún enfrenta obstáculos significativos. Algunos países han adoptado un solo tipo de conector para infraestructura de carga, lo que limita la diversidad de vehículos eléctricos disponibles.
Además, señala que no todos los países cuentan con políticas públicas claras para impulsar esta transformación.
En esa misma línea, la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) destaca en su informe sobre movilidad eléctrica en Latinoamérica que persisten barreras tecnológicas, logísticas, financieras y regulatorias que dificultan una adopción masiva de vehículos eléctricos en la región.
Incertidumbre frente a la oferta china
Otro elemento que genera incertidumbre es la posible disminución de vehículos eléctricos provenientes de China, impulsada por presiones arancelarias.
Según Rojas, esta oferta ha sido fundamental para ampliar el abanico de precios y modelos accesibles en la región. En Costa Rica, más del 70 % de los vehículos eléctricos ingresados en 2024 fueron de origen chino.
De darse una contracción en esta oferta, la región deberá explorar cómo diversificar sus fuentes de vehículos eléctricos, incluyendo fabricantes de Europa y Estados Unidos, para no frenar el avance de la movilidad sostenible.
El nuevo hub, en ese sentido, podría convertirse en un punto de encuentro estratégico para compartir información clave y superar los desafíos que enfrenta la movilidad eléctrica en América Latina y el Caribe.