Chile se mantiene como referente regional en movilidad eléctrica, pero su infraestructura de carga enfrenta retos importantes para responder a una demanda en crecimiento.
Mientras la Región Metropolitana concentra la mayoría de los puntos de carga, regiones intermedias y extremas avanzan con mayor lentitud, en un escenario que exige descentralización, interoperabilidad y planificación energética.
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Crecimiento dispar entre Santiago y las regiones
Hasta principios de 2025, Chile contaba con 1.668 cargadores públicos distribuidos en todo el país. De ellos, más del 75% se encuentran en la Región Metropolitana, lo que evidencia una fuerte concentración en Santiago.
Esta desigualdad territorial se refleja en que más de 200 comunas aún no cuentan con cargadores, y regiones como Aysén y Magallanes siguen prácticamente excluidas de la red eléctrica para vehículos.
Sin embargo, el crecimiento de la infraestructura de carga en Chile ha sido notorio. Solo entre enero y febrero de 2025, se instalaron 110 nuevos cargadores, lo que representa un aumento de casi 300% interanual.
Este avance ha sido impulsado por hubs de carga instalados en ciudades como Arica, Iquique, Rancagua y Mejillones.
Descentralizar para acelerar la transición
Durante el Latam Mobility Cono Sur 2025, actores como Playvolt, Voltrelli, Voltbras y Enel X presentarán sus propuestas para expandir la red de carga fuera del eje central.
Uno de los ejes del debate será el plan nacional que busca garantizar que no haya más de 100 kilómetros entre cargadores en rutas clave como la que conecta Caldera con Chiloé, con un enfoque en ciudades intermedias y zonas rurales.
La implementación de este tipo de infraestructura no solo depende del despliegue físico de estaciones, sino también de inversiones coordinadas, agilidad regulatoria y alianzas público-privadas.
Interoperabilidad, tarifas y experiencia de usuario
Otro reto en desarrollo es la interoperabilidad entre operadores. En Chile, distintas empresas gestionan sus propias plataformas, lo que dificulta la carga cruzada sin fricciones.
Para corregir esta fragmentación, el país avanza en regulaciones como el Decreto Supremo N°12/2022, que promueve la compatibilidad de sistemas y la transparencia en la información.
Las tarifas también presentan diferencias. Enel X Way, por ejemplo, ofrece precios más competitivos, mientras que Enex Pro lidera en carga rápida, aunque con un valor más elevado por kWh.
Además, solo el 30% de los cargadores en el Gran Santiago opera las 24 horas, lo que reduce su disponibilidad real para usuarios que requieren flexibilidad.
Infraestructura doméstica, otro frente pendiente
Según el Ministerio de Energía, solo el 1% de los edificios residenciales cuenta hoy con infraestructura para carga eléctrica. Esto representa una barrera estructural, considerando que cerca del 85% de las cargas se realizan en el hogar o lugar de trabajo.
Por eso, actores del sector inmobiliario y proveedores como Wallbox recomiendan incentivar la instalación de cargadores residenciales, junto con regulaciones que obliguen a nuevas edificaciones a incluir esta infraestructura desde su diseño.
Energía, planificación y resiliencia
Aunque Chile cuenta con una matriz energética con más del 60% de fuentes renovables, recientes apagones —como el ocurrido en febrero de 2025— han evidenciado la necesidad de fortalecer la capacidad del sistema eléctrico para soportar una red de carga en expansión.
Expertos proponen avanzar en esquemas de carga inteligente, que optimicen los horarios de recarga según la disponibilidad energética y el costo por tramo horario.
Además, es necesario reducir los tiempos y costos asociados a la conexión de nuevos puntos de carga a la red eléctrica, y fomentar una planificación territorial coordinada con las empresas distribuidoras.
El camino hacia una red equitativa y robusta
Chile ha logrado posicionarse como un líder regional en movilidad eléctrica, pero si quiere mantener ese liderazgo, deberá superar desafíos complejos.
La expansión territorial, la interoperabilidad tecnológica, la accesibilidad económica y la resiliencia del sistema eléctrico son componentes fundamentales para que la infraestructura de carga esté a la altura del crecimiento proyectado.
La conversación abierta en espacios como el «Latam Mobility Cono Sur 2025» será clave para articular soluciones entre gobierno, empresas tecnológicas, generadoras, operadoras y usuarios.
El país ya dio el primer paso, ahora el reto es construir una red de carga inclusiva, funcional y alineada con sus metas de sostenibilidad.
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