Latam Mobility & Net Zero Brasil 2025: Zeroca presenta finanzas innovadoras para la movilidad eléctrica en América Latina

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El encuentro «Latam Mobility & Net Zero Brasil 2025«, celebrado en São Paulo, reunió a líderes, expertos y reguladores del sector para abordar los desafíos y oportunidades de la transición energética en el transporte.

En este contexto, Diego Mateus Da Silva, consultor especializado y representante del programa de e-Movilidad de ZEROCA Brasil, presentó la ponencia «Cómo rentabilizar la movilidad eléctrica a través del mercado del carbono» sobre mecanismos financieros innovadores que pueden acelerar la adopción de la movilidad eléctrica en la región.

Da Silva destacó que la movilidad eléctrica ha superado la fase de validación tecnológica y que, actualmente, el principal desafío es su viabilidad económica. “Ya no es una cuestión de tecnología, sino de modelos financieros inteligentes”, afirmó.

En su intervención, explicó cómo los mercados de carbono emergen como una herramienta fundamental para eliminar barreras iniciales y viabilizar inversiones en electromovilidad.

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ZEROCA Brasil: Ingeniería financiera para la electromovilidad

ZEROCA Brasil se presenta como un actor estratégico en la estructuración de esquemas financieros aplicados al transporte sostenible.

Su modelo se sustenta en la experiencia combinada de Greater Consulting, líder mundial en proyectos MDL, y Rebel, especialista en modelaje económico para megaproyectos de movilidad urbana.

Con presencia en economías emergentes de África, el Sudeste Asiático y América Latina, ZEROCA se enfoca en estructurar soluciones financieras para facilitar la transición hacia una movilidad cero emisiones.

Brasil, pese a su enorme potencial, sigue siendo un mercado poco explotado en el aprovechamiento de estos mecanismos.

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Cómo monetizar el carbono en electromovilidad

La presentación de Da Silva desglosó los mercados de carbono en tres pilares fundamentales que pueden transformar el ecosistema de movilidad eléctrica en América Latina.

Mercados voluntarios: La entrada al financiamiento verde

Las empresas pueden adquirir créditos de carbono para cumplir compromisos ESG bajo estándares como Gold Standard o Verified Carbon Standard (VCS).

Sin embargo, los precios actuales en estos mercados aún son bajos, rondando los USD 15 por tonelada, lo que limita el potencial de ingresos para proyectos de movilidad sostenible.

Mercados regulados: Brasil ante un cambio estructural

Con la reciente aprobación de la Ley del Sistema Brasileño de Comercio de Emisiones, el país está a punto de implementar límites obligatorios, lo que podría disparar la demanda de créditos de carbono en el sector transporte.

Da Silva comparó el modelo brasileño con el de México, donde el gobierno ha establecido multas de USD 25 por tonelada, creando incentivos reales para el cumplimiento de reducciones de emisiones.

ITMOs: Acuerdos bilaterales para maximizar el valor

Los Mecanismos de Mitigación Internacional (ITMOs), regulados en el Artículo 6.2 del Acuerdo de París, permiten que los países firmen acuerdos de reducción de carbono con valorizaciones hasta 300% superiores a los mercados voluntarios.

Da Silva citó el caso Chile-Suiza como un referente, destacando que Brasil tiene la oportunidad de estructurar acuerdos similares de cara a la COP30 en Belém.

Electromovilidad como generadora de activos climáticos

Además de su impacto ambiental, la movilidad eléctrica puede convertirse en una fuente adicional de ingresos si los actores del ecosistema aprovechan los créditos de carbono generados por sus operaciones.

Da Silva detalló las principales oportunidades:

  • Flotas eléctricas como fuente de ingresos: cada vehículo electrificado, ya sean autobuses urbanos, camiones de minería o maquinaria aeroportuaria, puede documentar su operación con datos verificables como matrícula, kilometraje y consumo energético, generando créditos de carbono comerciables.
  • Infraestructura de carga y certificación de energía limpia: los puntos de recarga pueden registrar la utilización de electricidad renovable y obtener certificaciones que validen sus reducciones de emisiones, evitando la doble contabilidad del consumo energético.
  • Modelos innovadores de propiedad y retención de créditos: fabricantes como Binfest en India han implementado cláusulas contractuales que les permiten retener los derechos sobre los créditos de carbono generados por los vehículos vendidos, creando un flujo de ingresos recurrente incluso después de su comercialización.
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Brasil en la ventana de oportunidad óptima

Uno de los mensajes más destacados de Da Silva fue la urgencia de actuar antes de perder elegibilidad. Explicó que, cuando la penetración de vehículos eléctricos en un segmento supera el 2,5%, los estándares internacionales dejan de aprobar créditos de carbono adicionales, considerando que la tecnología ya está establecida.

Brasil está en el punto ideal de adopción, donde puede generar valor sin que la electromovilidad se convierta en una norma preestablecida.

Para demostrar el potencial financiero de la electromovilidad en Brasil, Da Silva utilizó la herramienta digital de ZEROCA y realizó una simulación con una flota de 500 autobuses eléctricos en São Paulo:

  • Reducción anual de emisiones: 25.000 toneladas de CO2e;
  • Valorización en ITMOs: ≈USD 2 millones por año;
  • Período de monetización: 10 años.

Brasil, con una matriz energética 90% limpia, cuenta con una ventaja comparativa única para capitalizar estos mecanismos de financiamiento verde.

Democratizando el acceso al mercado de carbono

Para superar los elevados costos de certificación, que pueden oscilar entre USD 50.000 y 70.000 por proyecto, ZEROCA propone un esquema de agregación de proyectos.

Este modelo permite a startups y operadores de flotas acceder al mercado sin costos iniciales, bajo una estructura de fees sobre créditos comercializados.

Da Silva cerró su intervención con un mensaje de urgencia: “La COP30 en Belém será nuestro punto clave. Brasil puede liderar la creación de un mercado regional de carbono para transporte, pero debemos actuar ahora”.

Según sus estimaciones, cada año de retraso representa pérdidas de hasta USD 150 millones en monetización de flotas urbanas.

La ponencia redefinió la financiación de la movilidad sostenible en América Latina, consolidando a los créditos de carbono como un pilar central en los modelos de negocio del sector transporte. Como concluyó Da Silva: «Estamos pasando de la era de los subsidios a la de los activos climáticos generadores de renta».