Luego de ser pioneros en micromovilidad y experimentar un auge significativo durante la pandemia que impulsó la movilidad sostenible, París prohibió la utilización de patinetes eléctricos.
Por iniciativa de la alcaldesa de la capital francesa, Anne Hidalgo, se celebró un referéndum para que los ciudadanos expresaran su opinión con respecto a los vehículos y el destino una vez finalizados sus contratos, en vigor hasta el próximo 31 de agosto.
A pesar de que el voto tenía carácter consultivo, Hidalgo se comprometió a aplicar lo que la mayoría de los votantes decidiera.
El patinete eléctrico ha generado opioniones divididas desde su lanzamiento a las calles. Es un vehículo ecológico de gran utilidad para la movilidad personal de los ciudadanos. Sin embargo, sus críticos alegan el peligro que suponen para los transeúntes, además del hecho de que las aceras se llenan de patinetes mal estacionados.
Escrutinios
Tras la jornada, el 89,03% de los votantes parisinos decidieron que se rechazara la renovación de los contratos de las empresas de alquiler de patinetes eléctricos.
Como resultado de la votación, no se prorrogarán los convenios para estas empresas (Lime, Dott y Tier), que deberán retirar los 15.000 patinetes que tienen desplegados en la ciudad antes del 31 de agosto.
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Las razones
Uno de los motivos que alegan los detractores de los patinetes eléctricos para su prohibición es la inseguridad que provocan.
De acuerdo con cifras oficiales, en París, estos vehículos provocaron un total de 459 accidentes en 2022, con 426 heridos y tres fallecidos.
Cabe destacar que los siniestros registrados el año pasado duplican a los de 2019, cuando estos vehículos de movilidad personal no habían alcanzado su auge.
La medida también representa un duro golpe a la economía, puesto que con la finalización de los contratos quedan vacantes 800 puestos de trabajo.