La gran capacidad de producción de carbonato de litio a escala industrial con la primera planta de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) representa un espacio importante para la transición energética y electromovilidad en el país y la región.
El ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, explicó que se encuentran avanzando en proyectos de energías renovables, con energías fotovoltaicas y energías eólicas.
“Sin duda el almacenaje de baterías de ion litio son un vector fundamental para apoyar esta transición energética, pero también para la electromovilidad, produciendo vehículos eléctricos”, afirmó a medios locales.
Punto de inflexión
Destacó que el arranque de la planta de carbonato de litio marca un hito significativo o un punto de inflexión en el camino hacia la consolidación de la industrialización.
“Si en el pasado Potosí le dio riqueza al país con la plata y el oro, ahora es el litio el mineral estratégico para el mundo, que hoy ve en Bolivia a un país seguro para invertir bajo este modelo de negocio soberano, donde los bolivianos somos los propietarios de toda la cadena de producción”, dijo.
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Entre otros proyectos destacados para la transición energética, el gobierno firmó este año cuatro convenios con empresas extranjeras para la construcción de plantas industriales y una piloto semiindustrial de carbonato de litio en los salares de Uyuni, Pastos Grandes (ambos en Potosí) y Coipasa (Oruro).
Según datos oficiales, las empresas, dos chinas y una rusa, aceptaron el modelo de negocio boliviano de control de toda la cadena productiva del litio, desde su extracción hasta su industrialización y comercialización.
El objetivo es llegar al 2025 o 2026 con una producción de carbonato de litio de más de 100 mil toneladas, tanto para desarrollar la industria de las baterías de litio en el país como para la exportación.