Luiz Cortez, gerente de Planeamiento y Medio Ambiente del Metrô de São Paulo, presentó durante el segundo día del summit «Latam Mobility & Net Zero Brasil 2025» los resultados de la última edición del Pesquisa Origem e Destino, un estudio emblemático que desde 1967 analiza los patrones de movilidad en la Región Metropolitana de São Paulo.
Realizada cada década, esta investigación se pospuso de 2022 a 2023 debido a los profundos cambios en los hábitos de desplazamiento provocados por la pandemia.
Los hallazgos revelan una transformación sin precedentes en cómo los habitantes de la región se mueven, trabajan y viven.
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Metodología robusta y adaptada
La investigación cubrió los 39 municipios del área metropolitana, dividiendo el territorio en zonas homogéneas de origen-destino. El diseño metodológico incluyó un muestreo estratificado por nivel de ingresos, variable determinante en los patrones de movilidad.
Tras visitar 74.000 domicilios seleccionados aleatoriamente, se validaron 32.000 encuestas, asegurando un margen de error inferior al 6% con 92% de confiabilidad.
Un aspecto innovador fue el enfoque en viajes reales del día anterior a la encuesta, capturando tanto rutinas como desplazamientos excepcionales. Esta metodología permitió identificar cambios estructurales que las encuestas habituales podrían omitir.
Además, por primera vez se incorporaron variables étnico-raciales, ampliando el potencial analítico del estudio.
Cambios demográficos fundamentales
El análisis poblacional reveló tendencias críticas para la planificación urbana. Mientras la región creció apenas 2% en habitantes, se registró una reducción del 9% en menores de 29 años y un aumento del 11% en mayores de 30.
Este envejecimiento poblacional se combinó con una notable mejora educativa: las personas con educación superior completo aumentaron 38%, mientras quienes solo tenían educación básica disminuyeron 11%.
Paradójicamente, aunque los empleos crecieron 12%, los viajes totales cayeron 15%, rompiendo la relación histórica entre crecimiento económico y movilidad. Esta contradicción aparente encuentra explicación en los profundos cambios laborales y de consumo acelerados por la pandemia.
Revolución en los patrones de transporte
El sistema de transporte público enfrenta desafíos sin precedentes. Los viajes en transporte colectivo cayeron 20%, con pérdidas particularmente graves en autobuses (-32%). Aunque el metro y trenes resistieron mejor (-8%), el transporte individual casi lo iguala (47,1% vs. 47,6%).
Dos fenómenos destacan en esta transformación modal. Por un lado, los servicios de taxi y aplicativos crecieron 137%, superando 1,1 millón de viajes diarios. Esta explosión refleja cómo las plataformas digitales democratizaron el transporte puerta a puerta.
Por otro, el uso de motocicletas aumentó 16%, con especial adopción entre mujeres, pese a los conocidos riesgos de seguridad.
En contraste, los desplazamientos a pie cayeron 23%, aunque el uso de bicicletas creció 25%, probablemente por mejoras en infraestructura ciclista y cambios en hábitos urbanos.
Efectos persistentes de la pandemia
La crisis sanitaria funcionó como catalizador de cambios estructurales. El teletrabajo se consolidó en 13% de la población, principalmente en empleos calificados y altos ingresos. Esta transformación laboral redujo especialmente los viajes en horario pico tradicionales.
El comercio electrónico eliminó millones de desplazamientos por compras o trámites, mientras la educación remota disminuyó los viajes nocturnos asociados a universidades.
Estos cambios alteraron profundamente la temporalidad urbana: el clásico pico del almuerzo, cuando trabajadores salían a comer, casi desapareció, y la movilidad nocturna educativa se redujo significativamente.
Fracturas territoriales en la movilidad
El estudio revela una creciente divergencia espacial. Mientras en el centro, donde se concentran empleos calificados, los viajes cayeron drásticamente, en la periferia aumentaron, siguiendo el crecimiento poblacional.
Esta brecha refleja una movilidad cada vez más fragmentada: el centro privilegia aplicativos y transporte público, mientras la periferia depende más de motos y autobuses, con menos alternativas sostenibles.
«La pandemia no inventó, pero sí aceleró brutalmente cambios que hubieran tomado décadas: el transporte colectivo ya no compite solo con el auto particular, sino con el teletrabajo, el e-commerce y un celular lleno de aplicativos. Nuestro desafío es reconquistar a los usuarios reinventando la conveniencia»
Luiz Cortez, gerente de Planeamiento y Medio Ambiente del Metrô de São Paulo
Implicaciones para el futuro urbano
Los resultados plantean desafíos complejos para la planificación. El transporte público debe reinventarse para competir en conveniencia con las opciones individuales, particularmente en flexibilidad y experiencia de usuario.
«Las políticas urbanas deben abordar simultáneamente el envejecimiento poblacional, la desigualdad territorial y la transición hacia modos más sostenibles», indicó Cortez.
La digitalización emerge como factor clave, no solo como disruptor (vía aplicativos) sino como potencial solución para mejorar la eficiencia del transporte colectivo.
Los datos completos del estudio están disponibles públicamente en el portal del Metrô, ofreciendo una base sólida para investigadores y tomadores de decisiones.
Conclusión: un punto de inflexión
La Pesquisa Origem e Destino 2023 marca un antes y después en la comprensión de la movilidad metropolitana. Lejos de ser ajustes temporales, los cambios identificados parecen consolidar nuevas normalidades en cómo las personas se relacionan con el espacio urbano.
La próxima edición, programada para 2027, permitirá evaluar si estas tendencias se profundizan o surgen nuevos paradigmas.
La presentación de Luiz Cortez en el Latam Mobility & Net Zero Brasil 2025 no solo dejó en evidencia los profundos cambios en la movilidad de São Paulo, sino que también planteó un desafío crucial para toda la región: cómo construir sistemas de transporte más resilientes, inclusivos y sostenibles en un contexto de transformación acelerada.
Este encuentro ha confirmado que el futuro de la movilidad en América Latina dependerá de nuestra capacidad para aprender de casos como el paulista y convertir datos en acciones concretas que reconcilien desarrollo urbano, equidad social y descarbonización.
