Geotab ha examinado los datos de conductores de 1,3 millones de vehículos en siete naciones durante un período de 12 meses en su último informe titulado «Juntos hacia un futuro cargado de vehículos eléctricos«.
Según el mismo, la migración de flotas hacia vehículos eléctricos podría generar un ahorro potencial de hasta 10 millones de litros de combustible y evitar la emisión de aproximadamente 19 millones de toneladas métricas de CO2 en los próximos siete años.
En el contexto específico de España, se estima que la adopción de vehículos eléctricos podría significar una reducción de hasta 18.800 litros de combustible y la consiguiente eliminación de 43 toneladas de CO2 emitidas por los tubos de escape.
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El método de Geotab
Geotab empleó datos telemáticos reales para evaluar la viabilidad de la transición de vehículos de combustión interna a vehículos eléctricos en flotas de vehículos ligeros, además de analizar el potencial de ahorro económico y de reducción de emisiones de CO2.
Según el estudio, 43% de los vehículos (incluyendo turismos y furgonetas) pertenecientes a empresas privadas y públicas en España, están listos para ser electrificados. «Las matriculaciones de vehículos eléctricos aumentaron un 20,9% en 2022 en España», aseguró Iván Lequerica, vicepresidente del Sur y Oeste de Europa en Geotab.
“Ha llegado el momento de que las empresas españolas doblen la apuesta por la electrificación de sus flotas, no solo por el bien del medio ambiente y de nuestros objetivos climáticos colectivos, sino también por su balance de resultados. Con los ahorros potenciales de la electrificación en una flota de 100 vehículos, un gestor podría ampliar su flota un 34% en un ciclo de 7 años«, continuó.
Cabe destacar que las según el informe mencionado con anterioridad, un vehículo de sustitución se considera adecuado para la autonomía si puede cubrir el 98% de los días del año con una sola carga diaria, excluyendo el 2% restante que contempla días de conducción fuera del uso habitual.
Finalmente, para ser considerado viable, un vehículo eléctrico debe cumplir con dos criterios: ser apto en autonomía y ser económicamente rentable, es decir, tener un coste total de propiedad igual o inferior al de un nuevo modelo con motor de combustión interna.
