La movilidad sostenible no depende de una sola tecnología. Si bien la electromovilidad juega un papel central, existen otras tecnologías que complementan a los vehículos eléctricos y permiten avanzar hacia un transporte más limpio, accesible y diverso, especialmente en regiones como América Latina, donde las realidades energéticas y económicas varían significativamente.
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Hidrógeno: aliado del transporte de carga
El hidrógeno verde se perfila como una solución complementaria, especialmente útil para transporte de carga pesada y largas distancias.
Su alta densidad energética y tiempos de recarga cortos lo hacen ideal en aplicaciones donde los vehículos eléctricos a batería (BEV) aún enfrentan limitaciones.
Aunque su desarrollo enfrenta desafíos de infraestructura y costos, muchos países de la región ya están construyendo estrategias para su incorporación paulatina.
Biocombustibles: sostenibilidad desde lo conocido
Los biocombustibles —como el etanol, el biodiésel o el HVO— son una herramienta clave en la descarbonización progresiva del transporte.
Su principal ventaja es que pueden utilizarse con la infraestructura actual y sobre flotas existentes, lo que facilita una transición más accesible y rápida.
Durante el Latam Mobility Colombia 2025, Julio Ernesto Calderón, representante de Toyota Colombia, destacó que “los biocombustibles son y serán parte fundamental del proceso de descarbonización en Latinoamérica porque tienen el triángulo de la sostenibilidad: son viables económica y ambientalmente, y generan impacto social”.
Gas natural vehicular (GNV): opción de corto plazo
El GNV se presenta como una tecnología de transición que ayuda a reducir emisiones contaminantes y mejorar la calidad del aire en el corto plazo.
Aunque no es libre de carbono, su uso comparado con los combustibles fósiles tradicionales representa una mejora significativa.
Países como Colombia, Perú y Argentina han desarrollado redes de distribución robustas que permiten aprovechar este energético como un complemento a la electrificación.
Diversidad tecnológica para una transición justa
Hablar de tecnologías que complementan a los vehículos eléctricos es entender que no existe una única solución universal.
Cada modo de transporte —ya sea urbano, de carga o rural— y cada territorio necesita respuestas específicas, sostenibles y viables.
En lugar de competir entre sí, estas tecnologías forman parte de un ecosistema diverso, necesario para lograr una transición energética eficiente, justa y adaptada a las realidades locales.