Retos para la descarbonización del transporte público en Latinoamérica

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Las ciudades son responsables de un 70% de las emisiones de dióxido de carbono, o de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que contribuyen al cambio climático, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por lo que acelerar las acciones que ayuden a la descarbonización en las zonas urbanas es fundamental para avanzar en el cumplimiento del Acuerdo de París de 2015.

El sector transporte también produce cantidades significativas de emisiones contaminantes, que para 2018, representaba el 15% de todas las emisiones de GEI en la región, y era el sector que tenía una mayor tasa de crecimiento, de acuerdo a información del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

En ese sentido, Latam Mobility, comunidad líder en movilidad sostenible en el continente, organizó el panel «El estado de la descarbonización del transporte público en ciudades Latinoamericanas«, incluido en como parte de la programación del encuentro «Latam Smart Mobility & Cities Virtual Summit«.

El espacio contó con la participación de representantes de importantes empresas que mostraron sus avances en uno de los principales retos para la región: el camino en la transición hacia el uso de combustibles limpios y la eventual descarbonización del transporte.

La rentabilidad es clave

Alejandro Robledo, gerente comercial nacional e internacional de Busscar, empresa fabricante de carrocerías, explicó que uno de los puntos clave en la industria latinoamericana es la rentabilización de las flotas. «La brecha en la descarbonización del transporte se irá achicando a medida que se fabriquen vehículos que generen mayor rentabilidad; que sean tailor-made, hechos a la medida para lo que cada ciudad requiere, con dimensiones, pesos, y configuración para pasajeros, según las necesidades».

«Estamos en un punto de transición hacia la electromovilidad, y debemos hacer que en el mediano plazo, las flotas eléctricas se vuelvan rentables para que se acerquen a los costos de la combustión fósil. Actualmente, en Busscar tenemos un pico importante de producción de vehículos eléctricos, que alcanzó el mismo nivel que los de diésel, y en los próximos tres meses entregaremos 400 unidades», resaltó Robledo.

Además, señaló que se cuenta con más datos de los que se tenía hace unos años, y que gracias a ello, se puede construir un modelo de negocio más eficiente y ajustado. Sin embargo, dijo que «el transporte público requiere mucha ayuda de los estados, aunque se avanza sobre terreno más sólido en el proceso de la transición».

En relación al proceso de adaptación hacia las nuevas tecnologías, Robledo explicó que han habido cambios en Busscar: «Uno de los principales retos ha sido cambiar y proteger los procesos productivos, con el objetivo de cuidar el chasis: ahora se pinta primero el chasis del vehículo eléctrico y después se ensambla, para no exponer baterías a cualquier cambio de temperatura y cuidar todo el tren motriz».

Asesoramiento: punto álgido

El panel contó con la participación de Colás Martinet, SVP Business Development LATAM de Transdev, empresa líder en operaciones e integración de movilidad global al servicio de pasajeros, quien indicó: «Estamos a punto de poner en funcionamiento 406 vehículos eléctricos de pasajeros en Bogotá, Colombia, con chasis de BYD, que operará por 15 años. Además, de operar 250 buses eléctricos en Chile, una línea de metro en Sao Paulo, Brasil, y próximamente buses articulados».

Martinet expresó que «antes de hablar de operación y mantenimiento se debe tener clara la inversión en buses e infraestructura, que es grande, porque se debe organizar las rutas, cargadores, baterías, y más, ya que son proyectos integrados, y se debe escoger muy bien».

Además, el representante de Transdev dijo que las empresas de operaciones tienen la experiencia para asesorar en los tipos de vehículos, los costos de inversión y el plan de negocios, como también aportar a la autoridad soluciones al mismo precio que las que se emplean hasta ahora en el transporte publico.

«En Bogotá, por ejemplo, la autoridad nos asigna la operación, pero también se puede hacer una oferta combinada con la inversión. En el caso de Chile, recientemente obtuvimos una licitación con dos lotes de vehículos de transporte para ser operarios, pero las empresas podemos aportar y ayudar a las organizaciones estatales», concluyó.

Evolución del negocio

También estuvo presente Juan Felipe Velásquez, gerente comercial de BYD Motors Colombia, empresa fabricante de vehículos de transporte, que actualmente está por entregar 1.400 autobuses en Bogotá, y que ya cuenta con la primera flota de vehículos eléctricos en funcionamiento en la ciudad de Medellín, como parte de su proceso de descarbonización.

El ejecutivo señaló: «Lo que hemos tratado de llevar al mercado es parte de la desmitificación del vehículo eléctrico. Santiago de Chile es un ejemplo importante porque fueron los operadores quienes comenzaron a implementar estas flotas, viendo las ventajas en operaciones, mantenimiento y rápidos cambios en stock de respuesta, comparada con los vehículos de combustión tradicionales».

«El movimiento con buses eléctricos ha dinamizado el mercado colombiano; las alianzas, como las que tenemos con Busscar, faciltan el tailor-made. Lo que se debe hacer es replicar lo que hacemos, buscar alianzas, con fabricación local, y estructurar lo que requieren las regiones, con sus condiciones particulares y ajustadas a las necesidades. Es tropicalizar el producto y entender qué es lo que nos están pidiendo«, explicó Velásquez.

Además, expuso que la ola de innovación de la movilidad eléctrica fue afectada por la pandemia, como también el sector del transporte público, que vio frenado los planes de renovación e inversión, pero ya la economía empiezó a despertar. «Las organizaciones están mirando las novedades y revisando sus modelos financieros, por lo que el negocio debe evolucionar; no podemos quedarnos con los mismos autobuses, sino ver lo que requiere el cliente», concluyó Velásquez.

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Redacción | Antonio Vilela