A pesar de que los esfuerzos por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que contaminan a la atmósfera y afectan la calidad del aire, los esfuerzos realizados desde el sector público, en conjunto con empresas privadas, están arrojando réditos importantes en la lucha por mitigar el cambio climático.
De acuerdo con el más reciente informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés), se espera que las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) provenientes de la quema de combustibles fósiles crezcan un poco menos de 1 % en 2022.
El estudio revela que los datos más recientes de todo el mundo muestran que las emisiones de CO2 están en camino de aumentar en cerca de 300 millones de toneladas en 2022, un incremento mucho menor a los 2.000 millones de toneladas en 2021.
“El aumento de las emisiones globales de CO2 este año sería mucho mayor, más del triple para alcanzar cerca de 1.000 millones de toneladas, si no fuera por los importantes despliegues de tecnologías de energía renovable y vehículos eléctricos en todo el mundo”, detalla la IEA.
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Energía alternativa y el impacto de la guerra
De acuerdo con la agencia, la energía solar fotovoltaica y eólica están liderando un aumento en la generación global de electricidad renovable en 2022 de más de 700 teravatios-hora (TWh), el mayor incremento anual registrado.
Sin este crecimiento, las emisiones globales de CO2 serían más de 600 millones de toneladas más altas este año.
En la Unión Europea, las emisiones de CO2 van a disminuir este año pese a un incremento del carbón que se espera temporal. Los nuevos proyectos de renovables allí deben elevar las capacidades instaladas en unos 50 gigavatios en 2023.
En China, por su parte, las emisiones se van a quedar estancadas por la conjunción de varios factores, que incluyen la ralentización económica, el impacto de la sequía para la producción hidroeléctrica y la entrada en servicio de muchas instalaciones solares y eólicas.
Aunque la crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania ha impulsado la demanda mundial de carbón en 2022, ya que el precio del gas natural se ha disparado, el aumento relativamente pequeño de las emisiones CO2 se ha visto superado considerablemente por la expansión de las energías renovables.
En ese sentido, el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, señaló que la coyuntura entre ucranianos y rusos ha provocado una lucha de muchos países para utilizar otras fuentes de energía para reemplazar los suministros de gas natural que Rusia ha retenido del mercado.
“La noticia alentadora es que la energía solar y eólica están llenando gran parte del vacío, y el aumento del carbón parece ser relativamente pequeño y temporal”, subrayó.