El COVID-19 ha acelerado el cambio hacia la movilidad eléctrica

El COVID-19 ha cambiado el estilo de vida de la humanidad y también ha generado modificaciones en el ámbito del transporte. Dentro del sector de la movilidad, esto significa que muchos pasajeros prefieren modos de traslado percibidos como más seguros e higiénicos, según revela un informe publicado por McKinsey & Company. 


De repente, los coches privados entran y los viajes compartidos parecen desaparecer. Trabajar desde casa va en aumento, nuevamente con el objetivo de preservar la seguridad, mientras que los viajes de negocios y todos los servicios de movilidad asociados a ellos (vuelos, taxis, e-hailing) tienen poca demanda.

Las perspectivas más populares

En el estudio de McKinsey & Company se detalla que al “reimaginar la fuerza laboral pospandémica, se estima que la recuperación de COVID-19 será digital: un plan para los primeros 90 días”.


Las ciudades han redefinido los carriles para automóviles con el fin de crear más espacio para bicicletas y scooters, a medida que la gente comenzó a evitar el transporte público. 


De manera similar, los incentivos gubernamentales para ayudar a la industria automotriz han alentado el uso de soluciones neutrales en carbono y han estimulado el desarrollo de vehículos eléctricos (EV). 


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Otro de los cambios que surgió de la pandemia, según subraya McKinsey & Company: “Los consumidores están recurriendo cada vez más a los canales digitales, desde la entrega de alimentos a los servicios de transmisión por secuencias, y ahora esperan que los actores de la movilidad amplíen sus ofertas en línea”.


Estas transiciones fundamentales, junto con otros desarrollos recientes, están impulsando a los líderes de la movilidad a reinventar el futuro de la movilidad. 

Ya habían estado ajustando sus estrategias al surgimiento de ACES (conducción autónoma, autos conectados, vehículos electrificados y movilidad compartida) y ahora van aún más lejos para explicar el impacto de la pandemia en el comportamiento del consumidor, la formulación de políticas y las economías regionales. 


Es probable que los siguientes cambios persistan mucho después de que se controle COVID-19 y, por lo tanto, merecen una atención especial

Preferencias del cliente

Además de la seguridad sanitaria, los consumidores se están centrando más en los canales digitales y los problemas de sostenibilidad. El acceso a las opciones de micromovilidad (vehículos ligeros como bicicletas, patinetes eléctricos y ciclomotores) será importante, al igual que las cuestiones de salud con un incremento de 5% en su uso.


Como dato adicional, la investigación destaca que el 80% de las compras se realizan de manera online por clientes en un rango de edades entre 18 y 34 años.

Regulaciones

«Esperamos que los reguladores sean aún más activos en el ámbito de la movilidad. Muchos, por ejemplo, están endureciendo las ordenanzas relacionadas a la disminución de CO2 para vehículos, mientras intentan reducir el cambio climático».


El informe de McKinsey & Company, refiere que al menos 150 ciudades en el mundo realizaron modificaciones en sus legislaciones para la movilidad y el transporte

Preferencias del consumidor

Muchos concesionarios de automóviles cerraron en 2020 y la compra de automóviles se desplomó, especialmente a principios de año. En febrero, las ventas cayeron un 71% en China; en abril, disminuyeron en un 80% en Europa y un 47% por ciento en los Estados Unidos. 


Asimismo, el comportamiento de movilidad cambió drásticamente durante la pandemia, ya que muchos viajeros trabajaban desde casa y otros evitaban el transporte público debido a problemas de salud. 


Si bien los consumidores se han centrado tradicionalmente en el tiempo hasta el destino, el costo y la conveniencia al seleccionar un modo de transporte, ahora citan la capacidad de reducir el riesgo de infección como su principal consideración.