Renfe está a la vanguardia de la transición hacia la sostenibilidad ambiental, demostrando que todos sus trenes eléctricos cuentan con certificación de neutralidad de carbono.
Esto se traduce en una huella ambiental significativamente menor en comparación con otros medios de transporte.
En ese sentido, la huella de carbono de los trenes, bien sean de pasajeros como de mercancías, es entre 20 y 30 veces inferior a las emisiones generadas por autos o aviones.
Así, la operación diaria de todos los trenes de la empresa previene la emisión de 4,7 millones de toneladas de CO2 al año, logrando un ahorro energético que equivale a aproximadamente 1,3 millones de toneladas de petróleo.
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El objetivo de Renfe
Renfe se ha fijado la meta de alcanzar cero emisiones de carbono para 2050. Además, participa en la iniciativa europea destinada a reducir las emisiones de CO2 en al menos 55% para 2030, objetivo que ha logrado cumplir con antelación.
Para ello, ha integrado los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030, aprobados por Naciones Unidas en 2015, en su estrategia empresarial, consolidando al tren como el medio de transporte de pasajeros y mercancías más eficiente en términos de consumo de energía y emisiones de CO2.
De esta manera, Renfe apuesta plenamente por la sostenibilidad trabajando para mejorar la eficiencia de sus servicios y para convertirse en el eje de una cadena logística y un sistema de movilidad más sostenibles.